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¿VIDA DESPUÉS DE LA MUERTE?. LA INSEMINACIÓN CON SEMEN OBTENIDO POSTMORTEM. Existe la posibilida tras el fallecimiento de un caballo entero de obtener espermatozoides de sus testículos que sean aptos para la reproducción.

   

    Tras la muerte súbita de un caballo valioso todavía es posible obtener, preservar y utilizar los espermatozoides almacenados en el epidídimo.

 

Los espermatozoides se producen de manera continua en los testículos y de allí pasan hasta la cola del epidídimo donde los espermatozoides maduros son almacenados hasta el momento de la eyaculación. Cuando el caballo fallece los espermatozoides almacenados en el epidídimo permanecen viables durante un tiempo, y pueden ser recuperados y empleados para la inseminación de las yeguas o ser refrigerados o incluso congelados para su uso posterior.

   

En estudios de laboratorio se ha visto que, tras la castración, los testículos y epidídimos pueden mantenerse en refrigeración a 4ºC durante 24 horas sin que los espermatozoides pierdan su vitalidad. En condiciones de campo, sin embargo, normalmente los espermatozoides no se obtienen tras una castración sino tras la muerte del animal, a veces tras una enfermedad, por lo que las células se han visto sometidas a insultos como falta de oxígeno, sepsis, fiebre… que afectan negativamente a su supervivencia. Aún así los espermatozoides del epidídimo son especialmente resistentes a las condiciones adversas, y a menudo es posible recuperar un número suficiente de células viables para su conservación.

 

En caso de que se produzca la muerte del animal los testículos junto con los epidídimos y el conducto deferente deben ser aislados del cuerpo y llevados al laboratorio lo antes posible. Para ello se introducen en una bolsa de plástico limpia y dentro de una caja aislante que evite los cambios bruscos de temperatura. Si el traslado no pude hacerse en menos de una hora es conveniente refrigerar las muestras introduciendo en la caja hielo o acumuladores de frío, procurando que no haya contacto directo entre el tejido y los hielos. Cuanto más rápido sea este traslado mayor cantidad de espermatozoides viables podremos recuperar.

 

Una vez en el laboratorio aislamos los epidídimos y los lavamos con una solución adecuada para recuperar los espermatozoides almacenados. Los espermatozoides del epidídimo son perfectamente maduros y fecundantes y son especialmente resistentes a la refrigeración y congelación, y, aunque no son mótiles, adquieren esta característica al diluirlos en el medio. Podemos por tanto emplearlos para la inseminación o congelarlos para su uso posterior.

 

En el último Congreso Científico de SICAB2014 nuestro equipo ha presentado una serie de casos clínicos en los cuales, tras la muerte o el sacrificio del caballo, hemos recuperado y empleado los espermatozoides del epidídimo obteniendo gestaciones. En concreto dos caballos fallecieron de manera súbita, y en un tercer caso el caballo fue sacrificado debido a una fractura abierta en una mano. En dos casos obtuvimos y preparamos el semen para la inseminación inmediata, y las yeguas quedaron gestantes. En uno de estos casos y el caballo fracturado congelamos el semen, y posteriormente inseminamos yeguas que quedaron gestantes en el primer celo.

 

Cuando se produce la muerte súbita de un semental es importante recordar que es posible recuperar el material genético y avisar lo antes posible al veterinario para que prepare los testículos y epidídimos y los envíe en el menor tiempo posible a un laboratorio capaz de obtener y preservar los espermatozoides.

 

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