El deporte ecuestre, como otros muchos, tiene varias disciplinas que son diferentes en muchas de sus características y ello conlleva a que se tengan que usar caballos también distintos.
Comprensiblemente un recorrido de salto tiene unas características muy diferentes de uno de raid, sobre todo porque el primero tiene unas demandas mucho menores de oxigenación (en leguaje mas coloquial uno no de resistencia y el otro de mucha resistencia). Lo anteriormente expuesto, se entiende bien con el atletismo, desde el punto de vista que las características físicas del que lo practica son totalmente diferentes de un velocista a las de un maratoniano, también el entrenamiento es diferente y además en los seres humanos se hace biopsia muscular para saber si la idoneidad de la persona es en cuanto a velocidad o resistencia. De hecho sorprendió mucho cuando el cubano Alberto Juantorena en los JJ.OO de Montreal logró el oro en los 400 y 800 metros (pruebas que distan claramente de las antes referidas). Esto último es importante asimismo en los caballos pues un buen entrenamiento adecúa pero no es suficiente si no se tienen unas condiciones naturales indicadas, y puede conllevar a un entrenamiento duro que sea causa de lesiones.
En el deporte un sistema cardio-vascular bueno es vital. La oxigenación que necesitan los músculos y otros tejidos está en función de ella. El caballo no es una excepción y ello es necesario en cualquier actividad deportiva. Una cría acertada aparte de otros muchos componentes deben permitir a los potros realizar el ejercicio que les vaya mejorando en dicho sentido. Unos prados amplios son necesarios para que el caballo en su crianza en libertad realice unos necesarios ejercicios, y después encuadrados dispondrán de una fisiología oportuna sea la disciplina que sea.
